Con sólo un día de diferencia los entrenadores a cargo de los procesos de “Las Rojas” entregaron sus nóminas para la presente fecha FIFA: 30 y 31 de agosto respectivamente. Ambos adiestradores tienen por delante un gran desafío: llevar su proyecto futbolístico hasta un punto en que el capitalizar el talento disponible le traiga el mayor de los réditos a sus respectivos seleccionados.
Con algunos meses de ventaja, Reinaldo Rueda comienza una nueva etapa tras sus ya conocidos y algo accidentados microciclos de preparación. Con un horizonte relativamente lejano en lo competitivo y un camarín incierto, Japón y Corea suponen para la selección chilena un punto de comparación al que se puede evaluar con miras a lo que realmente propone el colombiano-hondureño, puesto que sus primeros encuentros fueron a solo algunas semanas de haber asumido, y para la última gira por Europa (bastante discreta) donde se midió a Rumania, Serbia y Polonia, no dispuso de los jugadores más experimentados que le son gratos a su paladar fútbolístico. Esta vez es diferente.
Por otro lado, Luis Enrique asume la dirección técnica de La Roja de España luego de una convulsionada eliminación en octavos de final en Rusia 2018 a manos del anfitrión. Y a eso, le podemos incluir (definitivamente como agravante) el despido de su predecesor, Julen Lopetegui, tras conocerse la confirmación como próximo (actual) entrenador del Real Madrid FC, lo que no agradó a los directivos de la RFEF. Superado todo eso, y con poco más de un mes de trabajo, entregó su listado un día después que su colega Reinaldo, pero con algunas diferencias y similitudes que vale la pena revisar.
Aunque no es mucho el tiempo como para realizar una comparación, de lo general a lo particular notaremos que ambos seleccionados son guiados por dos estilos muy diferentes. Como primer apunte, el cuerpo técnico. El seleccionador chileno reunió a sus colaboradores unos días después de su presentación. Por el contrario, Luis Enrique el día en que fue presentado a los medios también posó con su grupo de trabajo, en los que a diferencia del DT de La Roja Chile, incluye un psicólogo deportivo. Este último profesional responde al interés cada vez más creciente de mantener una lógica multidisciplinaria dentro del trabajo futbolístico, pero además puede deberse a la necesidad de cuidar el factor psicológico dentro de un grupo agitado. En el caso de las selecciones chilena y española, los últimos acontecimientos desde lo competitivo, hasta lo relacional (incluyendo el cambio de entrenador) ponen desafíos importantes a Rueda y a "Lucho", a lo que claramente este último si pone el foco delegando al colaborador apropiado.
Uno de los aspectos llamativos y más diferenciadores dentro lo ocurrido recientemente entre ambos entrenadores es la forma en que fueron expuestas las nóminas para la actual fecha FIFA. Sin duda alguna, las señales y los signos con los que se expresan los entrenadores son un activo muy importante. Mientras desde Chile la nómina era leída desde un estudio televisivo en horario prime y por un periodista, desde España pudimos ver la lista de sus seleccionados de un modo novedoso: en un vídeo que lo muestra a Luis Enrique en la oficina técnica junto a sus colaboradores, escribiendo de su puño y letra en una pizarra cada uno de los nombres de quienes serán elegibles para enfrentar a Inglaterra y Croacia.
Ambos entrenadores están llamados a renovar las huestes. En el caso de La Roja Chile, el factor edad y lo prolongado del tiempo en el que los mismos jugadores han sido convocados han provocado una suerte de dependencia de los nombres propios ("la generación dorada") y extrema dificultad para nuevos elementos de ganar experiencia. En el caso de La Roja España, Luis Enrique se enfrenta a la partida de jugadores muy importantes para el estilo de juego con el que España se coronó campeón del mundo: Piqué, David Silva e Iniesta anunciaron su dimisión como internacionales. Es por todo esto que no resulta indiferente para nadie el listado de jugadores que podrían formar parte de sus nóminas. En el caso de Luis Enrique destacan dentro de las ausencias Iago Aspas y Jordi Alba, este último dejando una estela mediática puesto a diferencias no reconciliadas entre el jugador del Barcelona FC y su ex DT actual seleccionador. En su lista hubo una señal llamativa más: el llamado a Diego Llorente. El jugador de la Real Sociedad, quien se recupera de una fractura de tibia, se presentó a la concentración de su selección en muletas. ¿Por qué? En palabras del propio entrenador: "... es un jugador al que seguimos hace mucho tiempo, con ya un presente muy interesante y un gran futuro y creemos que le puede venir bien el estar con nosotros los primeros días para ver la dinámica de la selección, para escuchar todas las charlas y también como estímulo para su recuperación..."- Esto resulta ser una muestra de su estilo de liderazgo.
En la vereda nacional, una de las principales figuras de la selección chilena no ha dicho presente aun en las concentraciones del Sr. Rueda. Tras una confusa primera nómina chilena en la que figuraba Claudio Bravo, hasta ese entonces capitán y portero principal de La Roja Chile, quien no se presentó al llamado y a través de un poco comprensible comunicado por redes sociales manifestó lo que sería su separación no sólo de las siguientes nóminas sino que también de sus compañeros y hasta de su técnico, algo semejante al caso Alba-Enrique. Junto a todo esto, la necesidad de encontrar nuevos integrantes al seleccionado genera expectativas que debiesen responder al modelo de juego que trabaja Reinaldo Rueda, a la respuesta que tuvo de los jugadores tras los microciclos y al momento por el que pasan los candidatos a ser seleccionables. Considerando todo esto resulta curioso que en un proceso en el que hace falta savia nueva, jugadores que pasan por un momento positivo queden fuera de la nómina. Es el caso de Víctor Dávila y Felipe Mora, ambos presentes en la gira por Europa.
Ante la ausencia de Alexis Sánchez (priorizando su situación en el Manchester United), de Nicolás Castillo (quien aun se recupera de un microdesgarro) y de Fabián Orellana (en su último partido por el Eibar, sufrió un desgarro en el biceps femoral), parecía la oportunidad para Felipe y Víctor de mantener la continuidad necesaria para conseguir la experiencia que se requiere en la adaptación a lo que espera el técnico, sin embargo, en esta ocasión Diego Rubio, Ángelo Sagal, Ángelo Henríquez, Ignacio Jeraldino y Martín Rodríguez tendrán su oportunidad. A diferencia de lo ocurrido en la selección española con la nómina de Llorente, trás la reciente lesión de Orellana, el Sr. Rueda decidió por no llamar a nadie en su reemplazo, perdiendo ese cupo.
Felipe Mora viene de marcar dos goles por los UNAM Pumas y de ser incluido en el equipo ideal de la Liga Mexicana. Por su lado, la joya chilena del Necaxa Víctor Dávila, con sólo 20 años se eleva como uno de los grandes fichajes del mercado mexicano. En palabras de una de sus principales figuras históricas, el ecuatoriano Alex Aguinaga "Su futuro es prometedor, pero no creo que esté mucho tiempo en México. Con el ritmo que tiene y su constante crecimiento hay que tener mucho dinero para retenerlo. Creo que en poco tiempo llegará a Europa”. En la actualidad, se encuentra en el segundo lugar de los goleadores de la Liga Mexicana con 5 tantos, junto a otros dos jugadores, a sólo un gol de lo más alto del podio. Con estos goles presenta el promedio no despreciable de 0.6 goles por partido disputado. Otros números significativos de Dávila son la cantidad de tiros a portería que en promedio da un valioso 3.6. En cuanto a sus características ofrece al juego del Necaxa Pases Profundos (promedio por partido (PPP) de 6.6), Desequilibrios Ofensivos (PPP de 4.8) y una valoración de SICO Index promedio de 8.47 a la fecha, en los que su índice es igual o superior a 9 en la mitad de los encuentros disputados en lo que va del apertura 2018 (8 fechas).
En materia de alternativas, a la selección chilena no le sobra nada, por lo que la posibilidad de brindar mayor experiencia a alguna de las opciones aquí nombradas pudo ser de gran ayuda a largo plazo. Es en aquello donde se diferencian Luis Enrique y Reinaldo Rueda: uno considera el proceso y valora aspectos más allá de lo netamente competitivo para fortalecer su liderazgo y el desarrollo del futuro en su trabajo, y el otro no muestra flexibilidad ante la contingencia que le presentan las siempre presentes lesiones. Es ahí donde "Las Rojas" se separan.
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